AEFYT convoca al sector en torno al impuesto sobre los gases fluorados

La mesa-debate “Refrigeración: situación actual y futura”, celebrada en IFEMA el pasado 25 de febrero, en el marco de Climatización 2015, constituyó el foro de encuentro ideal para analizar el impacto de las nuevas y próximas legislaciones en el sector de los refrigerantes, especialmente en lo relativo a los Gases Fluorados, conocer cómo van a afrontar la industria estos retos y habilitar posibles herramientas para garantizar la sostenibilidad.

Promovida por AEFYT (Asociación de Empresas del Frío y sus Tecnologías), la jornada contó con la participación de la Oficina Española del Cambio Climático, la CEOE o AFEC (Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización), así como con representantes de fabricantes de componentes o superficies comerciales.

La mesa se centró en el impacto de la legislación en el sector empresarial: Impuesto de Gases Fluorados, F-Gas y Agenda Energética, y se estructuró en torno a dos grandes bloques.

En el primero de ellos, los ponentes se centraron en el artículo 5 de la ley 16/2013 sobre el Impuesto de Gases Fluorados, en vigor desde el 1 de enero de 2015. En este sentido, se insistió en cómo este impuesto multiplica el precio de comercialización del gas, influyendo negativamente en la competitividad y la recaudación, así como en la necesaria participación de los diversos agentes del sector en la elaboración de una ley de estas características.

En la segunda parte, se dio voz a asociaciones y usuarios finales. Se insistió en la repercusión que la nueva legislación tiene en la industria. En la medida que el coste energético es uno de los principales gastos de cualquier empresa, la industria se ve obligada a hacer un esfuerzo añadido, en tiempos de crisis, para dar cumplimiento a esta normativa. Aún así, algunos animan a mirar con moderado optimismo la legislación, considerándola, no como un obstáculo, sino como una oportunidad que puede generar un sector más competitivo. Por último, se apuntó la necesidad de perder el miedo a las administraciones y ser más exigentes con ellas.